Lanús enfrenta desde las 21.50 al Vasco Da Gama, en el
Estadio Sao Januário, por la ida de los Octavos de Final de la Copa
Libertadores. La gran duda es Camoranesi, que no está en su mejor estado
físico, o Teo Gutiérrez, quién llegó expresamente para afrontar este certamen.
El árbitro será Roberto Silvera.
Soñar no cuesta nada. El fútbol es un deporte de ilusión.
De posibilidades. Porque no siempre gana el mejor. El más poderoso. De ser así,
los campeones serían siempre los mismos. Y esto no ocurre. Lanús no tiene nada
que envidiarle a casi ningún equipo que compite en esta Copa Libertadores. Lo
que se puede señalar es que, incuestionablemente, el grana no tiene la
tradición. El pasado. La mística copera. ¿Hasta qué punto importa? Siempre hay
una primera vez para todo. En 2004 fue campeón Once Caldas. En 2008, Liga
Universitaria de Quito. No hay imposibles. Flamengo,
uno de los equipos más importantes de América, quedó eliminado en primera
ronda, con Ronaldinho. A veces los nombres, tanto de los equipos como de los
jugadores, su pasado, su trayectoria quedan de lado ante el presente y su
realidad y los resultados son otros.
Por todo esto el hincha de Lanús se esperanza. Porque hay argumentos
futbolísticos desde las individualidades. No se tiene a Neymar ni a Ganso, como
sí lo posee Santos. Ni a Riquelme, como Boca. Pero no muchos tienen en sus
equipos campeones del mundo que fueron estrellas en Europa, ni jóvenes de gran
proyección, acompañados de experimentados que supieron rendir en el viejo
continente. Hay menos variedad. En algunos casos menos calidad también. Pero
analizando los jugadores granates, a nivel personal, son perfectamente capaces
de conseguir el objetivo. Chelsea tiene un gran plantel, pero está lejos de
tener la cantidad de estrellas del Barcelona. Y sin embargo lo eliminó. Como
ese caso hay millones, como el mencionado anteriormente de la Liga de Quito,
donde era figura Damián Manso. No es una utopía. No se tiene menos que equipos
que consiguieron mucho.
Cada partido es una final. No hay margen de error. Una caída puede
representar un adiós definitivo. Por eso la concentración deberá ser absoluta,
y el rendimiento, óptimo. Conocedor de todas estas cuestiones, Gabriel
Schurrer solo tiene una duda en cuanto a la
conformación del equipo: Mauro
Camoranesi aún no se encuentra en plena forma de
la lesión que arrastra, y será esperado hasta último momento. En caso de que no
pueda jugar, su reemplazante será Teófilo Gutiérrez,
quien llegó al club expresamente para disputar estos desafíos, y puede ser muy
importante, ya que son sabidas las capacidades técnicas del delantero
colombiano. Por lo tanto, el equipo será con Agustín
Marchesín; Carlos Araujo, Paolo Goltz, Diego Braghieri, Maximiliano Velázquez;
Matías Fritzler, Guido Pizarro; Valeri, Camoranesi o Gutiérrez, Mario Regueiro
y Mariano Pavone.
Por el lado de Vasco Da Gama, la Copa también es primordial. El conjunto
brasilero viene de perder la Final de la Copa de Río el fin de semana, por lo
cual llega golpeado, pero con aún más necesidad de obtener un resultado
positivo en este encuentro. Así lo admitió su propio entrenador, Cristóvao
Borges. La alineación sería con Fernando
Prass; Fagner, Renato Silva, Rodolfo y Thiago Feltri; Romulo, Felipe, Felipe
Bastos y Diego Souza; Juninho Pernambucano y Alecsandro.
El árbitro será el uruguayo Roberto
Silvera, quién ya pitó al grana en un encuentro de esta Copa, y también
ante un brasilero: fue en el partido inicial ante Flamengo, en la cancha de
Lanús, que culminó igualado 1-1. Los asistentes serán sus
compatriotas, Mauricio Espinosa y Carlos
Pastorino.
Por Mauro Spinassi