miércoles, 8 de febrero de 2012

Dos sin tres

Tras la inesperada eliminación en la Copa Argentina, Lanús está a punto de iniciar su participación en el Torneo Local. Además, próximamente afrontará una nueva edición de la Copa Libertadores. ¿Se puede conseguir un título?


En Europa, la obtención de los tres torneos (Liga, Champions League y la Copa del país) se la denomina “La triple corona”. Sin lugar a dudas, cada uno de los equipos argentinos que compiten en este semestre tanto en el Torneo Clausura, como en la Copa Libertadores y la Copa Argentina, fantasearon con la posibilidad de ganarla. Porque sería increíble. El deseo de cada club. Sin embargo, Lanús ya no tiene esa posibilidad. Aunque no por eso hay que desanimarse.

La Copa Argentina es todavía incierta. Al ser su primera edición, resulta una incógnita en varios aspectos. Desde su formato hasta su importancia.  Porque si bien ya está en marcha, son muchos los dirigentes y protagonistas que preferirían que se realizaran modificaciones en cuanto a su desarrollo, al tema de localías, partidos con revancha, etc. En cuanto a la significancia de la consagración final, solo el tiempo la determinará. Es claro que si los primeros años, se alzan con el título equipos como Boca, River o Racing, se le dará un determinado valor; en cambio, si queda en manos de otros más modestos como Aldosivi, Sportivo Belgrano o Desamparados de San Juan, su atracción será de mayor nivel.

Lanús quedó eliminado ante un rival de características más parecidas a las de este último grupo. Barracas Central aparecía como un rival sumamente sencillo, que no traería complicaciones. Sin embargo, supo afrontar el encuentro, y se quedó con la clasificación. ¿Es vergonzoso, como dijo el presidente Nicolás Russo? Es discutible. Porque, teóricamente, no se puede caer ante un rival que juega dos divisiones por debajo de la propia. De todas formas, no es novedad el emparejamiento de nivel futbolístico en la Argentina. El campeón Boca estuvo muy cerca (y con mucha justicia) de quedar eliminado ante Santamarina de Tandil. River juega en la B Nacional. Huracán quedó afuera ante Sacachispas. Es un partido. Uno solo, donde el rival deja la vida, y encuentra una gran motivación. Puede suceder, aunque no deja de tener su grado de preocupación.

Aunque si Lanús gana el Torneo local, y mucho más, La Copa Libertadores, serán pocos los que recuerden la caída ante el humilde conjunto de la Primera B. La pregunta es obvia ¿Un equipo que fue eliminado por otro de la tercera división, puede conseguir el título de la máxima categoría? La respuesta es claramente afirmativa. Porque, como mencionamos antes, Boca ganó por penales ante Santamarina, pero fue superado futbolísticamente. Y los tiros desde los doce pasos, si bien constan de talento, tienen mucho de fortuna. Si el último clarísimo campeón penó tanto ante un adversario tan inferior, desde la historia, los nombres y el presente, le puede suceder a cualquiera.

Ahora quedan por iniciarse los dos objetivos más importantes del semestre: el Clausura y la Libertadores. En el caso del primero, sobran motivos de ilusión. El conjunto de Gabriel Schurrer tiene todo para ser protagonista. El plantel es sumamente importante, con recambio y conocimiento entre sí. Ya no hay que esperar jugadores que se adapten al fútbol local o a sus compañeros. Los puestos a reforzar se ocuparon. Y no muchos tienen el nivel ofensivo de Lanús en tantos intérpretes, como Mauro Camoranesi, Mario Regueiro, Diego Valeri, Mariano Pavone, Silvio Romero, César Carranza y Mauricio Pereyra. O la variedad de arqueros con Agustín Marchesín, Federico Andrada y Mauricio Caranta. O la solidez de Paolo Goltz, Carlos Izquiedoz y Matías Fritzler. Tampoco tiene el siempre incómodo rol de candidato, impuesto por el periodismo y el hincha en general, que tuvo en el certamen anterior.  Este torneo es ideal para el grana. Hay que aprovecharlo, porque no se es menos que nadie.

En cuanto a la Copa Libertadores, la situación es distinta. Hay rivales que pueden ser mejores, y muchos que son inferiores, sin lugar a dudas, pero que poseen cualidades y virtudes que les dan un riesgo mayor, como puede ser la altura. Es una competencia sumamente pareja, una de las más difíciles del mundo. Y se tiene a cuestas la mochila de los últimos años de la baja producción a nivel internacional. Pero no es imposible ganarla. La ilusión existe, y no desde lo ilógico o lo pasional, sino desde los fundamentos.

Habrá que mejorar. Que trabajar, y mucho. Que pulir y superarse. No es imposible. Lanús puede escribir el mejor capítulo de su historia.



Mauro Spinassi

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