Tan solo restan cinco fechas para terminar este irregular Torneo Apertura. El balance general señala varios aspectos positivos, pero sin duda deja el gusto amargo de, no solo no haber podido ser campeón, sino de haber quedado relegados en la lucha por el título en una etapa muy temprana del certamen. La pronta eliminación de la Copa Sudamericana también dolió, pero es menor a comparación con las expectativas puestas en el campeonato argentino.
Sin embargo, y con todos los defectos que se puedan encontrar y los diversos aspectos de crítica realizables, Lanús demostró una vez más que está, como mínimo, entre los tres mejores equipos e instituciones del país, y es sin dudas, el club más regular. Porque otros de los no considerados “equipos grandes”, que en los últimos años supieron ser campeones, en esta etapa su rendimiento futbolístico no fue el mejor. Banfield y Estudiantes están últimos; Argentinos Juniors, decimosexto; Vélez, si bien no realizó una campaña para nada despreciable, estuvo lejísimos de ser el que fue en los últimos torneos. Se recuperó Boca, uno de los más grandes luego de mucho tiempo, pero se cayó considerablemente San Lorenzo, gran candidato al descenso. Racing empató más de lo que ganó, y su hinchada se lo recriminó. Independiente sumó un fracaso tras otro. Ni hablar de River, luchando por el ascenso. En este sentido, comparando la realidad de todos estos equipos, su presente, el de Lanús y como era todo hace diez años, y si retrocedemos aún más en el tiempo esto se acentúa, ¿Realmente se puede recriminar esta campaña? Se mantiene el orden, el respeto del rival, la solidez, y los puntos. Se ganó el clásico, de visitante, y la Copa Libertadores es un hecho. Tal vez parezca poco hoy, acostumbrados a otros objetivos, pero lo cierto es que en líneas generales, hay que estar satisfechos, e ilusionarse de cara a un futuro no muy lejano.
Pero mientras tanto, hay que afrontar los últimos 15 puntos del 2011, y se tienen que procurar conseguir todos, por el mero hecho de ganar. Y hoy tiene una nueva prueba, por demás complicada ante Arsenal de Sarandí, para cosechar la tercera victoria de forma consecutiva. Para esta ocasión, el entrenador, Gabriel Schurrer, realizará una modificación con respecto al equipo que viene de vencer a Banfield: el ingreso de Mauricio Pereyra en lugar del lesionado Carlos Araujo, obligando a Eduardo Ledesma a volver a cumplir su inédito rol de lateral por la derecha. El equipo será con Marchesín; Ledesma, Goltz, Izquierdoz, Balbi; Pereyra, Fritzler, Pizarro; Valeri, Regueiro; Pavone. Además se espera que tanto Araujo, como González y Braghieri, puedan estar ante All Boys, la próxima fecha.
Por su parte, el equipo de Gustavo Alfaro, el cual viene golpeado tras la eliminación entre semana de la Copa Sudamericana, partido en el cual cayó por 3-0 ante la U de Chile, como visitante, no tendría todo definido para afrontar este encuentro. Las dudas principales pasan por si Luciano Leguizamón jugará desde el inicio en lugar de Emilio Zelaya, y si Juan Pablo Caffa ocupará la banda izquierda o si lo hace Nicolás Aguirre. Por lo tanto, el once inicial sería con Campestrini; Nervo, López, Burdisso, Trombetta; Adrián González, Ortíz, Marcone, Caffa o Aguirre; Leguizamón o Zelaya, Óbolo. Un equipo con mucha altura, muy buenos cabeceadores, y que maneja bien la pelota parada desde el botín derecho de Adrián González.
El árbitro será Héctor Baldassi. La última experiencia con el juez cordobés no fue buena: caída en este torneo ante Atlético Rafaela, y vieron la roja Izquierdoz y Regueiro. Que hoy la historia sea distinta.
Mauro Spinassi
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